En un contexto global en el que la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para consumidores, empresas y gobiernos, la industria del packaging ha tenido que reinventarse. Las bandejas termoformadas de plástico, tradicionalmente asociadas a un uso intensivo de materiales y a un bajo índice de reciclaje, están viviendo una transformación hacia modelos mucho más responsables con el medio ambiente. En este artículo, analizamos cómo estas bandejas pueden formar parte de una economía circular eficaz y qué avances se están realizando en materia de reciclaje y sostenibilidad.
El reto ambiental de los envases plásticos
Durante décadas, el uso de plásticos ha sido clave en el desarrollo de envases ligeros, resistentes y económicos. Sin embargo, su mala gestión al final de la vida útil ha generado un importante impacto ambiental, especialmente en sectores como la alimentación, la logística y la electrónica, donde las bandejas termoformadas son ampliamente utilizadas.
El principal desafío reside en cómo reducir el impacto ambiental sin comprometer la funcionalidad, higiene y seguridad que este tipo de envases proporciona. Aquí es donde entran en juego la innovación en materiales, el diseño ecológico y los sistemas de reciclaje adaptados al termoformado.
¿Qué son las bandejas termoformadas sostenibles?
Las bandejas termoformadas sostenibles son aquellas que han sido diseñadas y fabricadas teniendo en cuenta todo su ciclo de vida. Esto incluye:
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El uso de materiales reciclados o biodegradables, como el PET reciclado (rPET), PLA (ácido poliláctico) o materiales compostables.
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Un diseño optimizado que reduce el uso de material sin comprometer la resistencia estructural.
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La facilidad de reciclaje, evitando mezclas de materiales o tintas contaminantes que dificulten su tratamiento posterior.
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La posibilidad de reutilización, especialmente en aplicaciones logísticas o industriales.
Reciclaje de bandejas termoformadas: avances y desafíos
Aunque muchos consumidores desconocen este dato, la mayoría de las bandejas termoformadas pueden reciclarse, siempre que se cumplan ciertas condiciones:
1. Compatibilidad del material con el sistema de reciclaje
Las bandejas fabricadas con PET o PP son las más fácilmente reciclables, ya que existen infraestructuras industriales consolidadas para estos materiales. El problema surge cuando se utilizan bandejas multicapa o combinadas con otros componentes (como etiquetas adhesivas o films de cierre no separables), que dificultan el proceso de reciclado.
2. Separación eficiente en plantas de tratamiento
El diseño de la bandeja influye directamente en su posibilidad de ser reciclada. Los nuevos modelos de bandejas termoformadas apuestan por la monocapa y por estructuras fácilmente separables, facilitando así su clasificación en las plantas de reciclaje.
3. Concienciación del consumidor y del sector industrial
A pesar de los avances tecnológicos, el reciclaje sigue dependiendo en gran parte de la separación en origen. Por eso, cada vez más fabricantes incluyen símbolos claros de reciclabilidad en las bandejas termoformadas, e invierten en campañas de educación ambiental para usuarios y empresas.
Ventajas medioambientales de las nuevas bandejas termoformadas
El esfuerzo por hacer más sostenibles las bandejas termoformadas no solo responde a una demanda social, sino que aporta ventajas reales y medibles:
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Reducción de huella de carbono, gracias al uso de plásticos reciclados en lugar de materiales vírgenes.
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Menor generación de residuos, mediante diseños reutilizables y reciclables.
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Optimización del transporte, al tratarse de bandejas ligeras y apilables que reducen el consumo de combustible.
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Cumplimiento normativo, alineándose con las directivas europeas de economía circular y reducción de plásticos de un solo uso.
Economía circular y compromiso empresarial
Cada vez más empresas se alinean con modelos de economía circular, incorporando bandejas termoformadas fabricadas con rPET, fomentando programas de recogida selectiva y asegurando que sus productos se reintegren al sistema como materia prima. Esto no solo mejora su reputación y reduce riesgos regulatorios, sino que también puede generar ahorros en el largo plazo.
Además, iniciativas como el ecodiseño permiten crear bandejas que cumplen su función con menor cantidad de material, reduciendo el impacto sin afectar la calidad del producto.
Conclusión
El futuro de las bandejas termoformadas pasa inevitablemente por la sostenibilidad. Con materiales reciclables, procesos de fabricación más limpios y un diseño enfocado en la economía circular, es posible mantener los beneficios del termoformado sin comprometer el planeta. La clave está en una colaboración activa entre fabricantes, distribuidores, consumidores y gestores de residuos.
Apostar por bandejas termoformadas sostenibles no es solo una decisión técnica o económica, sino una muestra clara de responsabilidad y visión de futuro.
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